La imaginación de un niño no tiene límites y es que, cuando se habla de ponerse a jugar para aprender, no hay mejor compañero que un pequeño.

La palabra “disrupción”, según la RAE, se refiere a la interrupción, entonces, cuando se habla de educación disruptiva, se refiere a aquella que rompe con lo establecido en el modelo educativo.
En Talent Land, una de las prioridades es que los pequeños, y no tan pequeños, aprendan divirtiéndose. Rompiendo con los esquemas tradicionales.
Desde ajedrez, hasta retos con robots, el único límite que hay con los peques, es lo que su imaginación disponga.


Karen, quiere ser maestra y le gustaría usar la tecnología para enseñar a la gente.



