Los anuncios de televisión ya no son los mismos que los de hace 50 años. Antes los actores tenían que hacer circo, maroma y teatro para hacer llamativo un producto. Ahora, la tecnología permite que en un anuncio podamos ver hasta un astronauta bebiendo un refresco en el espacio.
Este fue el tema que expuso Luis Arroyo, director de marketing de Grupo Posadas, en su conferencia de Campus Party dirigida a los jóvenes emprendedores.
Arroyo mostró al público algunos anticuados comerciales que hasta hace unas décadas se transmitían. En ellos, los actores, los escenarios y los productos parecen extraordinarios, exagerados y, para nosotros, ridículos. En uno de los anuncios se ve a un empresario con zapatos de tap y con un shampoo para mujer en la mano.
Luego reprodujo el comercial de un refresco que alcanzaba tamaños extraordinarios y desplegaba textos enormes y llamativos; las luces, los colores, el escenario y el movimiento hacían todo irreal y atractivo. Fue así como Arroyo demostró que “la televisión cambió la forma en que vemos”.
Explicó que las cámaras, los sets de grabación, la animación, los drones y otras novedosas herramientas hacen posible ver los productos como nunca antes.
Recordó que esto era muy complicado en los años 80, con costos inalcanzables para hacer el comercial de un hotel visto a metros de altura, pero ahora, basta con elevar un drone para tener la mejor perspectiva para la toma en la que las instalaciones luzcan increíbles.
Para Arroyo, el gran avance de la tecnología está llevando a niveles inimaginables la publicidad, a tal grado que la forma en la que observamos las cosas no es la misma que hace 50 años.
