Por: Natalia Martín del Campo

Ana Luz Sauceda, oriunda de Sonora, lleva una peluca rubia sujetada en dos coletas a los lados, pupilentes de color azul celeste, pestañas postizas y maquillaje cargado. Un top corto y una minifalda azul completan su atuendo. Ana está personificada como Juliet, un personaje del juego Lollipop  Chainsaw.

Lo que hace la sonorense se llama cosplay, que proviene de la palabra costume (disfraz) y play (juego). Los cosplayers de todo el mundo se disfrazan como personajes de anime, manga, cómics y videojuegos. 

Su afición comenzó hace tres años, a pesar de que su familia la tachó de loca al principio. Pero ahora la apoyan, pues su gusto por los disfraces y pelucas le ha dejado más que la mera satisfacción.  Su pasión es redituable. Aunque terminó su carrera de leyes y es fotógrafa, hacer cosplay le genera los suficientes ingresos para recorrer convenciones y eventos nacionales e internacionales.

Ana ha recorrido ciudades como Monterrey, Ciudad de México, ahora Guadalajara e incluso Tucson, Arizona y San Antonio, Texas.

Pero a pesar de la diversión y los ingresos, Ana advierte que ser cosplayer no es fácil, pues también genera un gasto importante. El vestuario y accesorios deben ser lo más cercanos posible al personaje original. Ana explicó que su vestuario le costó 4 mil pesos, pero algunos otros llegan a superar los 10 mil.

Campus Party ha sido una gran oportunidad para la cosplayer, no sólo para conocer a otros que comparten sus gustos, sino también otros videojuegos que podrían inspirar su siguiente disfraz.

Uno que quizá se parezca a Juliet, que eligió no sólo porque es muy femenina, sino porque le encanta la misión del personaje: matar zombies con una sierra.